viernes, 28 de octubre de 2011

(Del libro “Reo-flexiones”)

Fue el cadáver perfecto, en lugar de gusanos, de inmediato le brotaron luciérnagas…


LA VISITANTE
(Del libro “Cuentos para leer dormido”)

Y yo que no dormía, cuando llegó en la máquina una muerta a hablarme al oído.
Se quejaba de su muerte, me pedía que le ayude con más intimidad de la que hablo conmigo mismo.  Se quejaba y sus mejillas blancas sudaban. Su cabellera negra no había perdido el peinado, crecía envolviéndome las costillas Después como un cometa me jaloneó con fuerza y mientras yo volaba suspendido en sus cabellos, el sótano se infló como un globo hasta romperse…

Ya  en el bosque de nubes afiebradas, regué con mi esperma de perlas su cuerpo. Entonces ella festejó la vida y yo festejé la muerte, celebrando los dos juntos con un trueno la eternidad…

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